domingo, 22 de enero de 2012

Adicta a tí!

Y es que ver esa sonrisa transparente, amplia, perfecta, (aunque haya sido enlatada a través de esta pantalla), a la par que escuchar ese grito tan sincero que rezaba... "MAMI"!!!! ... me han dejado felizmente obsesionada.

Estás lejos pero te siento cerca. No te veo pero me apareces. No hace falta que te busque, porque te encuentro. No te sueño, porque eres tan real como lo que estoy escribiendo. 

Me acompañas a cada minuto, aunque a veces intente esconderte para apaciguarme. 

Recordarte me alegra y a la vez me apena. Te percibo y sólo me basta un segundo.

Soy adicta a tí. A quererte, a cuidarte, a mimarte, a hacerte crecer. 

Me compensas todas y cada una de las lágrimas que he derramado y las conviertes en estrellas que brillan para dar luz a nuestro camino.

Me regalas la vida cuando me abrazas. Me enconges el corazón cuando te alejas. 

Tus miedos, tus temores, me hacen soldado para la batalla por conseguir tu paz. 
Los míos, como puedo, los oprimo para no desviarme en mi empeño. 

Eres una de las razones por las que me he lenvantado de cada caída y por las que he luchado contra todos mis fantasmas.

Abres mis días, cierras mis noches.

Eres mi adicción más dulce. Por la que sucumbo, me someto y me entrego.

Nunca olvides que te quiero. 

Mamá.




sábado, 7 de enero de 2012

La fragilidad del falso equilibrio

En el baúl puse hace días estos conceptos sin atinar bien bien cómo y cuándo darles mención.
Inquietud de espíritu, rabia y engaño eran el poso por el que los mareaba... Ahora los casaba, ahora los separaba... y mientras tanto buscaba el hilo con el que anudarlos.

Finalmente, ayer escuché una frase del filósofo Jean Paul Sartre que decía algo así como que "hay que hacer el mal porque el bien ya está hecho" y otra del reciente Premio Nadal, Álvaro Pombo: "vivimos en el mundo de la fragilidad del bien" y obtuve por fin la excusa para sentarme a reflexionar sobre estos momentos de falso equilibrio. http://www.youtube.com/watch?v=bm_NEeJQpiU

Por un lado frágil porque es un equilibrio quebradizo que con facilidad se hace pedazos.

Por otro falso porque falso es algo engañoso, fingido, simulado, falto de ley, de realidad o de veracidad, y prácticamente es así nuestro equilibrio, el social y también el individual.


Fragilidad del equilibrio social en cuanto a la existencia de desigualdades de todo tipo, económicas, culturales, educacionales,...  No sorprende mucho... Todos somos conocedores de estos desequilibrios.

Sin embargo sí puede impactarnos algo más la fragilidad de nuestro propio equilibrio individual. Me refiero a ella como lo efímera de nuestra fuerza, como la capacidad de asumir los contratiempos, obstáculos o dificultades y convertirlos en crecimiento personal. Nos creemos sanos y salvos, sanos y a salvo de todo, o casi todo, hasta que un simple suspiro nos hace tambalear. Normalmente caemos y perdemos la capacidad de reflexionar, de discernir entre el bien y el mal y lo que es peor, no aprovechamos la oportunidad de hacernos un poco más gigantes para luchar contra nuestros propios molinos de viento.

Mal entendido el tiempo en el que vivimos si no tomamos conciencia de esta situación. El no hacerlo nos provoca frustración y, por ende, pérdida de fe en nosotros mismos. Si, por el contrario, aceptamos nuestro frágil equilibrio nos preparamos para retomarlo una vez lo hemos perdido.